Alfred Edward Housman (1859-1936) es buen ejemplo de que a veces el poeta no se corresponde con el hombre que habita. Otros ejemplos pueden ser acaso el vanguardista catalán J.V. Foix y el alemán Gottfried Benn.
Como ciudadano Housman fue hombre recto, amante de costumbres rígidas, que creía firmemente en que la injusticia y la esclavitud resultaban imprescindibles para que la sociedad civilizada se mantuviera y procurara a la gente de su posición la paz que disfrutaban.
Como poeta, sin embargo, Housman detestaba las leyes de los hombres y las de su Dios, abominaba de las costumbres que impedían a un hombre confesar abiertamente sus preferencias sexuales, e infligía a la sociedad en la que le tocó vivir epigramas que destilaban cinismo y resentimiento. W.H. Auden, reseñando el libro que sobre Housman redactara su hermano Laurence, destacó que pocos hombres habían mantenido...leer más