Memorias valientes e inspiradas de un médico enfrentado a diario con la muerte, definida como el más grande e incómodo acontecimiento de la vida. El autor presenta un balance crítico y provocador de la manera occidental de convivir con la muerte: herederos esperando con impaciencia, familiares pidiendo lo imposible, pacientes incapaces de asumir su responsabilidad con la vida. Keizer ofrece como alternativa una confrontación consciente con la muerte, un trato humano para con los afectados y, para los médicos, un papel menos autocomplaciente. Los relatos que componen la obra son francos y directos, muestran situaciones concretas y presentan experiencias reales con una saludable amabilidad. Se trata de un balance crítico, amargo, irónico y liberador al mismo tiempo.