Uno de los indicadores más patentes de la profunda transformación que se está produciendo en la experiencia de lo religioso es la crisis a que se ve sometida la vida religiosa tradicional. La cantidad de mujeres y hombres que han abandonado las congregaciones y órdenes religiosas, y la creciente falta de vocaciones, anuncian que el modelo actual de vida religiosa ha cumplido su plazo y es probable que no tenga continuidad por mucho tiempo. ¿Por qué se ha llegado a esta situación?
La vida religiosa nació en la segunda mitad del siglo III y tuvo su primera gran expansión en el siglo IV. Aquellos primeros religiosos no quisieron hacer apostolado, ni pretendieron cambiar la Iglesia o modificar la sociedad. No les preocupó lo que debían hacer, sino lo que tenían que ser. Al huir de las ciudades y de la convivencia social, lo que pretendieron fue desarraigarse del sistema (económico,...leer más