Después del derrumbe del comunismo europeo, así como de las ideologías que le servían de legitimación; después del declive histórico del modo industrialista de producción y de transformaciones microelectrónicas que apenas están comenzando; en medio de la revolución de la genética; después incluso de la globalización, y de tantas otras cosas más que nos están sucediendo día a día, resulta imposible que los paradigmas políticos según los cuales nos veníamos rigiendo puedan seguir intactos. La teoría política debe ser repensada bajo estas condiciones; es más, debe ser reformulada. La política, en cuanto espacio público donde se dirimen antagonismos ciudadanos, recibe a nuevos actores, y por lo mismo, ha de repensar nuevos temas que no están contemplados en la agenda de la modernidad «clásica». Ésos son y serán los temas de la política de la llamada «post-modernidad».
Pero como «po...read more