La desaparición de Dios nos ha dejado frente a la realidad. ¿Qué ocurrirá con la desaparición de la realidad? Cabe preguntarse si es este un destino negativo o simplemente una ausencia de destino, es decir, el surgimiento de una banalidad implacable ligada al cálculo integral de la realidad. El destino no ha dicho su última palabra. Se lo puede sentir en el corazón mismo de esa realización integral, en el corazón del poder, en esa convulsión interna que sigue su lógica y precipita sus efectos, en ese vuelco maléfico de la estructura que transforma una destinación positiva en una finalidad asesina: aquí se encuentra el principio del Mal y aquí debe intervenir la inteligencia del Mal. O sea, dos movimientos antagónicos: Realidad Integral: movimiento irreversible de totalización del mundo. Forma Dual: reversibilidad interna al movimiento irreversible de lo real. Parecería que la evolució...read more