En tres ensayos sobre el concepto de verdad, el estadounidense Richard Rorty y el alemán Jürgen Habermas -dos de los más influyentes filósofos contemporáneos- discurren sobre sus alcances, su historia y su relevancia en el desarrollo de las sociedades democráticas. Rorty, con una prosa clara y pródiga en ejemplos extraídos de la vida cotidiana y del pasado reciente, sostiene que no es necesario pretender que ciertos argumentos son universales o verdaderos; para él, basta con decir que son justificables dentro de una comunidad comunicativa. Habermas replica con enjundia, analizando el giro pragmático encarnado por Rorty y reivindicando el momento de incondicionalidad, esto es, la afirmación de la validez universal de ciertos enunciados, con independencia del contexto. En el tercer ensayo, Rorty retoma y desmonta en detalle las objeciones de su oponente.