Nuestro tiempo es el de la caída en el presente. Es imposible construir nuevos pactos sociales y, por tanto, las oportunidades para imaginar el futuro son pocas. No hay utopías, sólo un pragmatismo que apuesta por lo útil. Nuestra sociedad sufre el desencanto de la democracia, la lógica del mercado y la globalización, incapaz de producir ideas para el porvenir. ¿Cuál es la salida? Richard Rorty diría: no es la razón lo que cambia las cosas, sino la imaginación.
A partir de este principio, este libro hace un elogio del optimismo desencantado, donde las preguntas son más importantes que las respuestas. ¿Cuál es el papel que las palabras juegan en el actual estado del arte? ¿De qué modo están conectados el mundo y la llamada República de las Letras? ¿Qué idea de generación tienen los escritores nacidos a partir de la década de los setenta? ¿Por qué niegan el concepto de colectivo?...leer más