El desarrollo de la personalidad artística del poeta y ensayista Gottfried Benn (Mansfeld, Prusia occidental, 1886-Berlín, 1956) está estrechamente relacionado con su ambiente familiar (el padre era pastor protestante) y con los estudios de medicina.
El lenguaje médico, que le era tan cercano, le permite crear en sus primeros poemas ("Morgue", 1919) atmósferas e imágenes que lo consagran como uno de los fundadores del expresionismo literario alemán. En 1917 publica su segundo libro de poemas, "Fleisch, escrito durante la primera guerra mundial.
Este poemario marcará una trayectoria en su posterior creación poética.
Desengañado del pensamiento racionalista de occidente seguirá en "Spaltung" (1925) en "Trunkene flut" (1927) interesándose por la ebriedad, el sueño y las estructuras primitivas del yo para desembarazarse del racionalismo y ahondar en los orígenes míticos del hombre y de la sociedad. Estas inquietudes explican, en parte, el entusiasmo con que recibe en un principio la llegada al poder del nazismo, del que pronto quedará desengañado y rechazado, a su vez, por el nuevo poder. La ruptura del compromiso público refuerza en él la tendencia a diferenciar claramente arte y vida; su autobiografía "Doppelleben" (1950), describe esta escisión consciente de la personalidad, signo del hombre moderno.
A partir del año 37 desarrolla lo que dará en llamar "prosa absoluta" con títulos como "Weinhaus Wolf" (1937) "Roman des Phänotyps" (1944) y "Der Ptolomäer" (1947). Luego verán la luz los libros de poemas "Statische Gedichte" (1948), "Fragmente" (1951), "Destillationen" (1953) y "Apréslude" (1955; traducción española de Eustaquio Barjau: "Postludio" (Pre-Textos, Valencia, 2001).
A lo largo de su vida literaria escribió gran número de ensayos, una antología de los mismos, seleccionada y traducida por Enrique Ocaña, fue publicada bajo el título de "El yo moderno" (1999) en esta misma colección.