Hegel decía que «el espíritu universal es cristiano y germánico». Otro tanto podría decirse de la «racionalidad occidental», si añadimos, a lo cristiano y a lo alemán, lo griego. Esa razón, como el padre de Kafka, ocupa todo el mapamundi. ¿Qué queda, entonces, fuera de la razón occidental omniabarcante? Perdido en el fondo de los tiempos, las culturas asiáticas y africanas; flanqueando el espíritu occidental, las culturas islámicas y judías, y, lejos, fuera de nuestro alcance, los pensamientos chino, indio o iranio. A todo eso le llamamos filosofías no-occidentales, dando a entender que son de interés menor y sólo para especialistas.
La verdad es muy otra. La filosofía occidental es impensable sin buena parte de ellas y, con ellas al margen, tampoco hay manera de hablar de «espíritu universal». Lo puede comprobar el lector de este volumen de la Enciclopedia IberoAmericana de Fi...leer más