¿Qué contenido damos al lenguaje sobre Dios? ¿Sabemos lo que decimos cuando repetimos una palabra cargada de significados pero carente de referencias? Preguntas como estas son el punto de partida de este libro, marcado por la crisis del imaginario religioso y cristiano acerca de Dios. Pero desde la amenaza del vacío de sentido surgen otras preguntas. Pues si Dios existe, ¿cómo comunicarse con él? ¿Cómo designarlo y nombrarlo? ¿A quién o a qué dirigirse si no forma parte del universo físico? ¿Es posible una revelación divina que se diferencie de una proyección subjetiva? ¿Qué criterios encontrar para evaluar la posible verdad de una experiencia religiosa?
A partir de aquí se plantea la crisis de las imágenes tradicionales sobre Dios; de un concepto de salvación orientado a después de la muerte; de la fe como un creer en lo que no se ve, y de un concepto de revelación cuya legiti...leer más