Los psicólogos y asistentes sociales suelen ocuparse de niños con problemas, porque son los que llaman la atención. La falta de experiencias profesionales con niños que a pesar de circunstancias negativas poseen la capacidad de desarrollarse normalmente ha llevado a un prejuicio científico pesimista que estigmatiza nuevamente a los niños ya estigmatizados por malos tratos, por el rechazo y el desamor. Una opinión muy extendida sostiene que no podrán dejar de repetir los esquemas de conducta que conocieron en su entorno.
Este prejuicio ha llevado a un círculo vicioso que sólo se ha podido romper gracias a la introducción del concepto de resiliencia en las ciencias humanas. Esta noción ha cambiado radicalmente la mirada y la actitud hacia los supuestos "casos perdidos" y constituye una auténtica revolución científica. Las reflexiones de este libro se basan en una multitud de expe...leer más