Aunque el firmamento no se puede conocer plenamente por la inteligencia humana e impone su presencia desmedida y sublime, el ser humano cultiva un modelo verbal, iconográfico y matemático cada vez más puntual del cosmos que habita. De esta suerte, el entendimiento que difunden la astronomía, la astrofísica y la cosmología es crucial para mejor vislumbrar el mundo y situar en él a la critura humana, tan minúscula en talla como relevante en conciencia. Aún más: el modelo actual del universo constituye una auténtica cosmovisión que no sólo ensancha la apariencia del mundo, sino amplifica y depura el propio medio de ese saber. Este medio es una conciencia avanzada que depende de operaciones del cerebro en trabazón con su inacabable entorno mediante la percepción y la destreza, la imaginación y el raciocinio, la intuición, la metáfora o el azoro. Desde esta perspectiva se perfilan como tar...leer más