«Se diría que, a la voz de Ángel Darío Carrero, los yacentes alejandrinos alemanes de Angelus Silesius se han puesto en pie, han quedado suspendidos en el aire y que así muestran la impresión de levedad, el ritmo ascensional que corresponde a su contenido espiritual, al fuego que ha abrasado todo lo que pesaba, y al movimiento de divinización que quieren expresar.»Juan Martín Velasco, del Prólogo