A golpe de tecla hoy se puede estar en cualquier parte; hacer una visita virtual a los tesoros del Louvre o dar un paseo por las tiendas de moda de la Quinta Avenida; trasladarse de un sitio a otro a gran velocidad en un solo fin de semana. La tecnología y los servicios de televisión por cable han desvanecido el aura romántica y misteriosa del encuentro, del primer encuentro. «Haberlo visto todo», «haber estado en todas partes», es una experiencia común y generalizada, de la que este libro no habla. Con la sangre despierta trata sobre la experiencia de «haberlo vivido», de haber estado allí, de haber sufrido y gozado al mismo tiempo el primer encuentro con una ciudad ajena, de haber absorbido de ella todo lo que puede ofrecer, todo lo que puede esconder, lo que nos hace quererla, admirarla, pero también, a veces, padecerla.