La obra del filósofo Gilles Deleuze (1925-1995) expresó siempre, de diversos modos, una incomodidad y una distancia respecto de la filosofía practicada como disciplina académica, catálogo de relaciones entre conceptos, museo de su propia historia, envase cerrado en sus propias reglas de validación. Este rechazo alimentó un sueño inconcluso, realizado solo a medias según él, y que nunca formuló de modo explícito. Para el profesor al que le hubiera gustado “lograr dar una clase como Bob Dylan”, ese sueño llevaba el nombre de “pop-filosofía”. “Una buena manera de leer, hoy en día, sería tratar un libro de la misma manera que se escucha un disco, que se ve una película o un programa de televisión (…). Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores o las imágenes: intensidades que nos convienen o no, que pasan o no pasan. Pop-filosofía”.
Antídoto contra la sacralización ...leer más