A cincuenta años de la publicación de Semilla de crápula. Consejos para los educadores que quieran cultivarla, que se convirtió en una especie de libro rojo que le dio renombre en el ámbito educativo, Deligny retoma, con una pizca de ironía, la literatura de consejos, con las transformaciones de su punto de vista que le dieron su retiro en la zona rural de las Cevenas y sus veinte años de labor junto a niños autistas.
El “trabajador social” al que se dirigen estas cartas es el que, sin trabajar con autistas, lidia día a día con la frontera entre la Hombralidad producto de la Cultura y lo humano de naturaleza que surge y resurge. No son los intelectuales, son los maestros jardineros, psicólogos, profesores, auxiliares, celadores, educadores, sociólogos, psiquiatras, y otros miles que están en la primera línea, testigos de primera mano de lo que puede ser eso “humano” que persiste...leer más