A lo largo de cuatro años, Freud escribió más de mil quinientas cartas a su novia, pero no se han conservado las que corresponden a los cuatro últimos meses del noviazgo; es probable que el contenido, bastante platónico y romántico de las cartas, se base en que Martha fuese el primer y único amor real de su existencia.
Ernest Jones, biógrafo empedernido de Freud, describe a Martha como una muchacha delicada, pálida, pequeña, pero de maneras muy graciosas; Martha Robert dice que era más bien insignificante. Freud da también su opinión en unas de las cartas que le dirige: “Sé que no eres bella en el sentido en que lo entienden los pintores y escultores; si quieres que dé a las palabras su sentido estricto, me veo obligado a confesar que no eres una belleza”.