Japón, siglo XVII. La batalla de Sekigahara pone fin al período de guerras. Comienza así el shogunato Tokugawa y con él una larga y próspera paz y el aislamiento de Japón del exterior. Sin embargo, la paz no es buena para todo el mundo. Muchos samuráis se quedan sin señor, y, sin guerras en las que luchar, se organizan en bandas que atemorizan a comerciantes y campesinos, robándolos, extorsionándolos, incluso decapitando a los que oponen resistencia. Son los hatamoto-yakko o kabukimono, nombre que reciben por sus extravagantes y coloridas vestimentas.
La población, cansada de soportar las injusticias de estos hatamoto-yakko, se organiza para combatirlos. Surgen así los machi-yakko, artesanos y comerciantes sin habilidad ni experiencia en el combate, que se defenderán armados únicamente con sus utensilios de trabajo, palos y espadas wakizashi, las únicas que les está permitido ...leer más