Carlos Trosman es un explorador del continente corporal, de la geografía sensible de sus diferentes territorios, y de su puesta en juego en el seno de la trama social y cultural. Pero nunca olvida que si bien el individuo está inmerso en una cultura y una condición social, no es nunca la consecuencia pasiva, sino lo que éste hace con las influencias que pesan sobre él. Muestra admirablemente hasta qué punto el cuerpo es hoy en día un analizador social, un revelador de tensiones sociales o simplemente de diferencias. Carlos Trosman se define a sí mismo como “corporalista”