Hay en El peso de lo humano un constante misterio, una bruma que acaso nos sugiere que la experiencia humana es, en esencia, ininteligible. La línea común es, por otra parte, evidente: el sufrimiento y la capacidad de darse cuenta de éste en carne propia y de entreverlo, al menos, en los demás. A través de narraciones de diversos tonos e impregnadas de notas religiosas, filosóficas y morales, Erwin Limón construye una comunidad de seres en idéntico extravío al de todos nosotros: el del peso de la conciencia, el peso de lo humano.