¿A quién no le ha sucedido, en más de una ocasión, volver sobre sus pasos para comprobar el cierre de la llave de paso del gas o
el de la puerta de la calle, antes de salir de viaje? ¿Repasar, una y otra vez, un trabajo académico que ya está acabado, o crear distintas copias de seguridad de un mismo documento?
Limpiar lo que ya está limpio, comprobar lo que ya está hecho, repasar lo que ya está acabado, ordenar lo que ya está ordenado. Todos estos son comportamientos sintomáticos de los trastornos obsesivos. Sin embargo, en algunas circunstancias, los consideramos algo absolutamente normal. Responden a una necesidad de seguridad, de aceptación social o incluso de autoestima. Entonces, ¿dónde radica la diferencia entre lo que es normal y lo que es patológico?
La respuesta más fácil a esta pregunta apunta al grado de intensidad o de exageración de unas conductas u otra...leer más