La geopolítica se ha consolidado como un pensamiento instrumental, cuyo utilitarismo y reduccionismo teórico-metodológico han alimentado al determinismo geográfico que ha nutrido gran parte de la reflexión social en el último siglo, para constituir así una “miseria de la geopolítica”. También ha sido responsable de producir divisiones artificiales y utilitarias de la realidad social que, más que abonar a la comprensión de las dinámicas socioespaciales, han servido para producir ordenamientos jerárquicos y formas de dominación en las diversas escalas de la acción social y ha naturalizado el ordenamiento del mundo y las relaciones de poder y dominación, así como la violencia que les dio origen y les sostiene, coadyuvando en su legitimación y reproducción cotidiana.
En este libro, David Herrera Santana parte de estas observaciones para analizar una serie de problemáticas interrela...read more