Asistimos a una crisis ecológica de dimensión planetaria. La destrucción de la Tierra, causada por la sobreexplotación extractivista y la degradación ambiental, acentúa el carácter colonial del actual sistema-mundo, así como las guerras y los genocidios. Una maquinaria de muerte se erige: el fascismo asciende en el imperio estadounidense y en otras latitudes donde se promueve el negacionismo climático y el racismo.
Las élites del capitalismo, incluso en su versión verde, lo saben. No obstante, sus respuestas ante la escasez reproducen prácticas coloniales: políticas de conservación que abarcan vastos territorios del Sur global; la supuesta sostenibilidad de la agricultura industrial; políticas urbanas que profundizan la segregación verde; el despliegue de megaproyectos de energía renovable; y, finalmente, el extractivismo de materiales en territorios indígenas para desarrollar ...read more