Hans-Adam II, príncipe de Liechtenstein, es uno de los personajes más polifacéticos de la Europa actual. Además de un historiador especializado en el origen de los Estados, es un empresario de éxito internacional. Su experiencia política se remonta a 1970, cuando se encargó de la organización de la Casa Principesca. Desde que asumió la regencia de Liechtenstein en 1989, ha logrado que este pequeño país ingrese en las Naciones Unidas (1990) y en el Espacio Económico Europeo (1995). Su fama de monarca democrático se vio refrendada en el referéndum al que sometió una reforma de la constitución, y que obtuvo el apoyo mayoritario del pueblo de Liechtenstein.