Jean de La Bruyère nació en París en 1645, en el seno de una familia burguesa. Tras obtener la licenciatura en Derecho por la Universidad de Orleans, regresó a París. Después de comprar el cargo de tesorero general de Francia en la oficina financiera de Caen, regresó a París. En 1686 vendió su puesto.
Por recomendación de Bossuet, en 1684 se convirtió en uno de los preceptores del joven duque de Borbón, nieto del Gran Condé. A la muerte de éste en 1686, se dio por concluida la educación del duque. Sin embargo, La Bruyère permaneció en la casa de Condé en calidad de gentilhombre del duque. Esta circunstancia le permitió observar de cerca a los personajes de los nobles y cortesanos. Además, tuvo que soportar los malos modos del padre del duque y de su hijo, un joven caprichoso y despótico ante cuyas invectivas La Bruyére tenía que defender su dignidad.
En 1688 apareció la primera edición de Los Caracteres con el título de Caracteres de Theophrasto, traducidos del griego; con los caracteres o las costumbres de este siglo. Ante la entusiasta acogida del público, La Bruyère amplió la obra en las sucesivas ediciones, incorporando nuevas semblanzas. La única edición que no contiene textos inéditos es la novena y última.
En 1693 fue elegido miembro de la Academia francesa. En el discurso de aceptación se pronunció a favor de Racine en detrimento de Corneille, lo que le ocasionó las críticas furibundas de destacados hombres de letras.
En los últimos años de su vida estuvo escribiendo Diálogos sobre el quietismo, obra que dejó inacabada, aunque se publicó tras su fallecimiento.
Con fama de misógino, La Bruyère murió soltero y pobre en Versalles la noche del 10 al 11 de mayo de 1696, víctima de un ataque de apoplejía.