Johann Peter Eckermann (Winsen, 1792-Weimar, 1854) nació en el seno de una familia humilde y desempeñó los oficios más diversos hasta que, en 1823, le mandó a Goethe sus Contribuciones a la poesía. Así fue como surgió una relación de amistad y complicidad intelectual que culminaría años más tarde con la publicación de estas Conversaciones con Goethe (1836-1848), obra cumbre de la literatura universal y sin duda alguna el mejor retrato del gran poeta alemán.