Louis Malle (1932-1995), director y guionista, es uno de los máximos exponentes de la Nouvelle Vague. Entre sus películas destacan Ascensor para el cadalso, Zazie en el metro (sobre la novela de Raymond Queneau), El fuego fatuo (adaptación de Drieu La Rochelle), El soplo en el corazón y Lacombe Lucien, sobre la cara menos amable de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, periodo al que volvería en Adiós, muchachos. A partir de 1978 rodó en Estados Unidos, entre otras, la también polémica La pequeña, Atlantic City, Mi cena con André y Vania en la calle 42. A este último periodo de su carrera corresponden también las notables Milou en mayo y Herida.