Española de nacimiento y puertorriqueña de adopción, se licenció en filología románica en Salamanca (1959) y recibió su doctorado en lingüística hispánica en la Universidad de Puerto Rico (1965); obtuvo otro, en filología románica, en la Complutense de Madrid (1978). Perteneció al linaje de lingüistas puertorriqueños que documentaron con gusto el brío del español caribeño.