SIMON LAKS (Varsovia, 1901-París, 1983) se estableció en París en 1926 para concluir sus estudios musicales. Ahí comenzó su carrera como compositor, la cual fue interrumpida por su deportación de Francia por ser judío extranjero. Primero fue recluido en un campo de concentración en Beaune-la-
Rolande, Francia, y después en el campo de exterminación de Auschwitz II-Birkenau, donde fuera músico y director de la orquesta, lo que le permitió sobrevivir.
Al finalizar la guerra, regresó a París.
Después de un largo periodo de silencio, experimentó entre los años 1960 y 1967 un periodo de intensa producción, hasta que terminó por abandonar la composición de manera definitiva tanto por razones estéticas como por el duro golpe que representó para él el regreso del antisemitismo. En los siguientes años, se dedicó al debate público sobre la emigración polaca.
La obra musical de Simon Laks, que por mucho tiempo fue ignorada, vive un redescubrimiento desde el año 2000.