La estrella de Hannah Arendt, cuyos análisis de la cuestión judía y del totalitarismo alcanzaron una notoriedad sin parangón, brilla como pocas en el firmamento del pensamiento del siglo XX. Pero ¿no hay acaso una punzante contradicción en su obra? Hallamos en ella una descripción crítica del totalitarismo nacionalsocialista, sin duda, pero también la apología de Heidegger, erigido –pese a los encomios que dedicó este a la «verdad interior y grandeza» del movimiento nazi– en monarca oculto del reino del pensamiento.
El análisis de obras suyas, como Los orígenes del totalitarismo, revela cómo Arendt despliega una visión heideggeriana de la modernidad. En La condición humana, la concepción deshumanizada de la humanidad que trabaja, así como la poca estima que le merecen las sociedades igualitarias, también llevan el sello de Heidegger. Por otra parte, cartas inéditas hasta la fec...leer más