Una mirada curiosa que en un instante imperceptible se transforma en furtiva. Acercarse, casi hasta rozarse; iniciar una conversación que despierte el interés y quedar de nuevo. Arreglarse para seducir y despertar el deseo; después, el tacto de la piel y, tras él, el abrazo; y de seguido el beso para, al final, dar rienda suelta a la lujuria. Narrando historias donde el amor conmueve los cuerpos y desata otras pasiones –desde el triángulo amoroso de Agamenón, Helena y Paris, pasando por los arrebatos sexuales de Júpiter, hasta los desencuentros entre Jasón y Medea–, el poeta Ovidio, maestro de la seducción, nos desvela cómo se vivía el amor en la Antigüedad.
Autor cumbre de la literatura latina y referencia clásica en todo lo que al amor y el erotismo se refiere, en estas inmortales páginas nos ha legado Ovidio una serie de estrategias para enamorarnos y conquistar, de consejos...leer más