Bataille lee a Hegel y a Kierkegaard, a Nietzsche y a Freud; también a Stirner y a Marx, a Weber, a Durkheim, a Mauss; lee a los gnósticos y a los alquimistas, a San Juan de la Cruz y a Sade; lee a Bergson, a Jaspers y a Heidegger; lee el zen, a Zusuki y a los místicos cristianos, yoguis y persas; a Malinowski y a Lenin, a los griegos y a Fray Bernardino de Sahagún… Querrá realizar una extensa síntesis no sólo de la cultura occidental sino de todas las culturas, incluida la oriental, la de los antiguos pueblos americanos y la de los africanos.
Las corrientes más caudalosas de nuestra época alimentan el cauce de su discurso y en él se dan cita de forma inusitada. ¿Será Georges Bataille la piedra clave de la inmensa iglesia que es la cultura? Fue su intento.
Pero oculto bajo la apariencia de un discurso caótico y por ello supuestamente libertario, el conjunto de ...leer más