
Occidente forjó tres siglos de un modo de actuar marcado por el esquema binario cartesiano, por el cual toda situación debe abordarse como problema/solución.
La fe en el progreso ilimitado y el cientificismo llevó al Antropoceno, una mutación provocada por el humano sobre el conjunto de lo vivo, y del mundo material, que ahora por la vía ‘verde’ o por soluciones delegadas en el algoritmo y la supercomputadoras, se pretende paliar. Pero la amenaza es descomunal, y esa es la experiencia inmediata de la complejidad: darnos cuenta de que nuestras acciones desde lo binario produjeron consecuencias no deseadas, y más perjuicio que beneficio.
Precisamos una contraofensiva. Pero ¿cuál? La pregunta ya no puede ser “¿Qué hacer?” sino recuperar la cosmovisión del estar-siendo y de una resistencia-creación situada.
La pregunta para un actuar deberá ser, entonces, “¿Qué hacer ...leer más