La conversión de san Ignacio de Loyola, ocurrida hace 500 años, es uno de esos acontecimientos en los que la divinidad, al iluminar una existencia humana, irrumpe en el mundo para influir en la vida de incontables personas; y luego también, por medio de éstas, actúa sobre el acontecer histórico de la humanidad entera. La espiritualidad surgida de la experiencia de san Ignacio es el fundamento de la Compañía de Jesús, que ha su vez la ha puesto en práctica a lo largo de ya casi cinco siglos en numerosos emprendimientos disemiados por todo el mundo, así como en la guía apostólica brindada a quienes se acercan a ella. Hoy esta espiritualidad inspira múltiples y diversas obras de la Compañía, a sus integrantes y a las personas laicas que losacompañamos; e incluso a muchos de quienes han entrado en contacto con ella en su paso por las aulas encomendadas a los jesuitas.