La filosofía de la edad media es fruto del encuentro del pensamiento antiguo y del cristianismo. Por una parte, se aprovechan ideas y teorías antiguas para la reflexión y profundización intelectual del contenido de la fe. Por la otra, algunas ideas básicas cristianas -como creación, trinidad, historia de la salvación y resurrección de los muertos- impulsan el desarrollo crítico ulterior de los proyectos que habían servido de punto de partida. El enfrentamiento con el platonismo determina sobre todo el pensamiento cristiano antiguo. A su vez, la recepción crítica de la filosofía de Aristóteles alcanza su punto culminante en la obra de Tomás de Aquino. El cristianismo aparece entonces como la verdadera filosofía. Con el desarrollo del metodo científico se van precisando cada vez con mayor nitidez las diferencias entre fe y ciencia. Finalmente, la convicción creciente del valor propio del mundo creado, del individuo humano y de la razón natural prepara el terreno para el pensamiento moderno. El autor analiza las aportaciones de los principales representantes de la época a las grandes cuestiones que jalonan el desarrollo del pensamiento.