El Lama Yeshe no vio un coche hasta los quince años. En el tranquilo pueblo tibetano donde creció, los niños corrían entre yaks. El ritmo de la vida era lento, regido por el cambio de las estaciones.
La llegada del ejército chino en 1959 lo alteró todo. Él y su hermano se vieron obligados a huir caminando a través del Tíbet y los Himalayas durante diez meses, hasta encontrar refugio en la India. De los trescientos miembros que partieron, solo trece sobrevivieron.
Acabaría trasladándose a EE.UU., donde experimentó los excesos de la generación hippie, antes de reformarse y embarcarse en el viaje espiritual que lo convertiría en uno de los más notables monjes tibetanos en Occidente.
Ahora, desde la posición de abad del monasterio escocés de Samye Ling, el primer centro budista tibetano de Europa, el lama Yeshe reflexiona sobre su extraordinaria vida y sobre el manant...leer más