Pierre Bayle (1647-1706) publicó por primera vez en 1696 este Diccionario cargado de erudición, comentarios “picantes” e ideas peligrosas que los Ilustrados del siglo XVIII (Voltaire, Diderot, D’Holbach) consideraron el “arsenal” del que se alimentaban sus ideas. Federico II de Prusia lo juzgó semejante a una Biblia y propuso, legendariamente, que los ministros juraran sobre él. El siglo XIX, sin embargo, después de esa difusión vertiginosa, lo vio hundirse en el olvido y el silencio. Volvió a la luz hace escasos cincuenta años, cuando la historia intelectual empezó a tomar conciencia de la importancia que habían tenido sus interminables columnas para la difusión, por ejemplo, del pensamiento de Spinoza en Europa y América. La selección que aquí ofrecemos, además del artículo dedicado a ese filósofo, incluye una decena de otros que han sido igualmente influyentes. La introducción, tra...leer más