En estos primeros ensayos se reconoce al escritor que ordena los frutos de sus lecturas, que construye un tono propio donde conviven preocupaciones modernas y judías, ricas en el tratamiento del lenguaje, novedosas en el contexto continental. La escritura de Ricardo Forster es un entramado de relaciones con diversidad de temas. El ensayo se configura como vehículo que le permite transitar por las aguas del más profundo amor hacia la filosofía, la literatura, la infancia, las herencias y tradiciones recibidas, los libros, los viajes, pues si el apasionante Buenos Aires ha sido su hogar original en una familia de clase media de origen judío, resulta ser el mundo europeo y americano la patria de sus preocupaciones filosóficas, literarias y políticas.