Traducción de: María Amelia Castañola y María Teresa Arcos
De la libertad a la servidumbre, el espectro semántico de la palabra sujeto, presente en los saberes occidentales desde la antigüedad, es tan amplio que linda con la homonimia. La filosofía, el derecho, la política, la medicina, las letras y las artes no podrían prescindir de él.
Jacques Lacan hizo del sujeto, desde el inicio, un leitmotiv de su enseñanza. Cuando en los años 60 lanza su nueva fórmula, donde define que un sujeto es lo que está representado por un significante para otro significante, le retira dos atributos fundamentales: la identidad y la reflexividad. Esta subversión, de la cual las etapas constitutivas son aquí examinadas, lo colocó en extrañas compañías. A veces de manera confesa (Maine de Biran), otras casi desapercibidas (averroísmo latino), y hasta circunstanciales (Foucault) se van reveland...leer más