¿Bastan los mecanismos darwinistas de selección natural y de selección sexual para explicar los orígenes de nuestras capacidades verbales? ¿Es imprescindible atenerse a ellos para poder desarrollar un verdadero progrma de investigación biologicista sobre el lenguaje? Las principales tesis que recorren este libro responden negativamente a ambas preguntas y plantean que el minimalismo chomskyano ofrece unas bases adecuadas para afrontar el estudio del lenguaje como un aspecto más del mundo natural. La biología debe sin duda inspirar la compresión científica del lenguaje, pero el estudio del lenguaje puede asimismo ayudar a ampliar nuestra comprensión de los principios que gobiernan el mundo orgánico.