
Desde hace un tiempo, la razón compleja ha sido reemplazada por una manera simple, binaria, viril, guerrera, de ver las cosas: el puro enfrentamiento. Pero el conflicto no es enfrentamiento. Todo lo que se ha vuelto una especie de lucha, donde quien no está de tu lado, ya es tu enemigo, y ni siquiera merece justicia, precisa de un análisis crítico.En toda charla y en toda toma de posición el solo hecho de pretender tomar un momento para pensar es identificado con una traición. Es como si pensar fuera una señal de que estás con “el otro bando”, porque ya no se acepta el espacio para la duda o la reflexión. Solo importa si estás a favor o en contra.
Entonces, quizás, agotados de tanta pelea, de tanto simplismo brutal, nos ponemos a desear, a esperar una situación pacífica, idílica, la “Pastoral” utópica.
La propuesta de Benasayag y A. del Rey es si precisamente lo que se o...leer más







