En esta obra se estudia el fenómeno de los viajes literarios. Cada vez son más las personas que emprenden un viaje tras las huellas de un autor o un libro por los que se sintieron fascinadas. Se puede pensar que esto obedece a una moda pasajera o que está motivado por un fetichismo mal entendido, pero basta leer algunos de los bellísimos textos de Claudio Magris, de Cees Nooteboom, de Gregor von Rezzori, de Nuria Amat, de César Antonio Molina o de Mauricio Wiesenthal para comprender que es una percepción errónea. Tampoco se trata de un fenómeno nuevo. Cuando Federico García Lorca está de gira con La Barraca por tierras gallegas, se empeña en ir a Padrón a visitar la casa en la que había muerto Rosalía de Castro, en aquella época convertida en un almacén de madera. Algunos años antes, en 1905, salió Azorín a hacer a pie la ruta de don Quijote. En 1890, la periodista norteamericana Nell...leer más