La escenoterapia emplea la dramatización con fines terapéuticos y educativos. Este efecto terapéutico consiste en que, al dramatizarlos, uno entra en contacto con los propios conflictos latentes de forma atenuada. Tal como el espectador se entrega sin miedo a los procesos psicológicos que ocurren en el escenario o en la pantalla, o como el niño que interactúa con la realidad a través del juego, la dramatización cumple también una función de expresión, autoconocimiento y apaciguamiento de los conflictos y miedos latentes. El teatro puede tener una función terapéutica, incluso preventiva, al escenificar algo parecido a un sueño o un juego, a través del cual se estimulan procesos de proyección y reintroyección de aspectos disociados de la personalidad, facilitando así la integración personal y la maduración emocional. El hecho de permitir expresar el sufrimiento y convertirlo, por así de...leer más