En esta nuestra época, la de la totalización estética, la arquitectura se hibrida con las artes, porque las artes se han convertido en la totalidad del mundo, y porque el problema de «construir» ya no se soluciona en un consolador «habitar», sino que queda siempre abierto en la responsabilidad del artificio, en su ser sobre todo pensamiento, lenguaje, inesencialidad poderosa.