El siglo XX se inaugura con una crítica hacia el estoicismo y el ascetismo, propios de la ética judeocristiana. A partir de entonces, las metafísicas y las éticas se desarrollan teniendo como base la afirmación del sujeto y el cuidado de sí. En la época actual, esto se ha llevado al extremo, produciendo la exacerbación del yo, un individualismo en el que el autocuidado se ha interpretado como descuido del otro. A propósito puede observarse que el abuso, el despojo, las violaciones, el exterminio, son los signos que han marcado la contemporaneidad. Por lo anterior, se permite la reflexión metafísica acerca del prójimo, considerándolo en su diferencia, en su singularidad, no únicamente como ese que marca los límites del yo, según nos dice la filosofía hegeliana. Asimismo, poner en práctica una ética en la que el otro es alguien ante quien no puedo ser indiferente, sino al contrario, he ...leer más