LYGIA CLARK Y HÉLIO OITICICA
Las cartas intercambiadas por Lygia Clark y Hélio Oiticica entre 1964 y 1974 trazan un retrato cálido de la amistad de dos artistas brasileños claves de la estética de neovanguardia del siglo XX. “Una carta es siempre un pedazo de la persona”, dice Lygia en un pasaje que registra la alegría que emana del epistolario así como las obsesiones que atraviesan las obras de quienes lo escriben: el cuerpo –o su fantasmática, es decir, las percepciones sensoriales que lo desarman en “pedazos”– y lo que pasa entre las personas cuando median entre ellas objetos artísticos.
Clark y Oiticica extremaron las investigaciones sobre la percepción y el “no objeto” del neoconcretismo de Brasil y, en su afán por volverlo participativo, abrieron el arte y lo pusieron en diálogo con el crisol de prácticas culturales que ocurrían a su alrededor: el under y la cultur...leer más