Para muchos cristianos, el Antiguo Testamento es un «libro sellado con siete sellos». Ello se debe a la gran distancia histórica y al hecho de que durante un espacio de tiempo prolongado el Antiguo Testamento pasó a un segundo plano en la conciencia eclesial media, en cierto modo desplazado por el Nuevo Testamento. La continuidad de ambos Testamentos justifica que la teología cristiana se dedique al estudio del Antiguo Testamento. Sin el Antiguo Testamento, el Nuevo resulta absolutamente ininteligible. La presente Introducción al Antiguo Testamento responde a una estructuración «histórica» y pretende contribuir a una exploración sólida y fundamentada en el conocimiento sobre estos escritos del antiguo Israel y del judaísmo primitivo.