En una hora misteriosa, inexplicable, la conciencia se adueña de un hombre, lo transforma, transfigura su ser, toca y posee su alma, la inflama de la pasión por el bien. No puede evitar el socorro al necesitado, sin mas consideraciones que cumplir el mandato interior, lejos de someterlo a juicio de oportunidad, reflexión o raciocinio.