
La habitación vacía, más que un libro sobre tanatología, es un abrazo compasivo y honesto que ofrece alojo al áspero silencio que le sigue a algunas de las preguntas más difíciles que ha de afrontar todo ser humano: ¿cómo vivir en la ausencia de quienes amamos?, ¿cómo soportar el vacío de la pérdida? En este libro no se intentan respuestas, sino más bien, se explora el ensanchamiento de esos cuestionamientos a la luz de una propuesta existencial del dolor.
Oswaldo Loera, lejos de apuntar a un catálogo de tareas, lugares comunes y propuestas analgésicas que acaben, prescriptivamente, con la disrupción en el acontecer que supone la muerte, propone una invitación, tan politizada y crítica como cálida y respetuosa, convidándonos albergues seguros desde donde significar el dolor como testimonio del amor, logrando mantenernos a salvo de toda clase de metáforas sanitarias y moralizant...leer más