«¿De dónde viene el deseo de ser escritor? Que alguien se someta por su propia voluntad a una tortura diaria con raros episodios de dicha extática sólo puede deberse a una disfunción, sea la deformidad general del cuerpo (Pascal), la sordera (Ronsard), ceguera (Milton), cojera (Byron), manquera (Cervantes), tartamudez (Esopo), asma (Séneca), dislexia (Dickens), anorexia (Kafka), insomnio (Cioran), epilepsia (Dostoievsky), neurastenia (Proust), halitosis (Voltaire), sífilis (Nietzsche), jaqueca (Schopenhauer), delirio (Artaud), vértigo (Lutero), alcoholismo (Poe), toxicomanía (De Quincey), impotencia (Eliot), tisis (Novalis), etc..
Que la idea de ser escritor resulte tan atractiva para la mayoría, incluyendo a los sanos, es lo que resulta inexplicable.»